Hoy los pacientes tienen muchísima información al alcance de un smartphone, de una tablet o de un computador.
Lo primero que hacen es consultar al “Dr. Google” y encuentran una larga lista de enlaces con un mar de información en la que están a punto de ahogarse.
Luego le dan click a una página no especializada que recomienda con la “última investigación” un medicamento, pero tres clicks más adelante otra página con el “más reciente trabajo científico” lo destruye. En cada extremo de estas páginas hay promociones y propagandas sobre tratamientos
que aseguran desintoxicar el colon, limpiar el hígado, curar la gastritis y hacer desparecer los cálculos de la vesícula.
Ante este panorama, deciden mejor buscar en youtube un video en vivo y aparece alguien hablándoles de su experiencia con alguna enfermedad digestiva y que hizo para tratarse.
Como si fuera poco, en instagram y facebook, todo el mundo opina del colon y el estómago:
modelos, reinas de belleza, actores, personalidades televisivas, amas de casa …
Tanta información en manos de una persona que tiene problemas digestivos y no sabe que tiene, puede producir angustia y confusión.
¿Y nosotros los gastroenterólogos que hacemos al respecto? 
Esa misma pregunta me la hice yo hace 2 años y por eso estoy aquí…
